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Siguiendo mi proceso evolutivo como ser opinador del siglo XIX, abro un nuevo espacio más holgado y con menos límites. Acá se le da rienda suelta a la opinión, los comentarios y las quejas, de todo y para todos.

jueves, 19 de agosto de 2010

No al Spanglish

Como uno es un animal de costumbres, de vez en cuando va siendo necesario auto corregirse para no perder mucho el rumbo o la decencia, cualquiera sea el caso.


Durante el último quinquenio he sido acechada, rodeada y seducida por la costumbre de utilizar palabras y dichos en inglés. Esto ocurre, la mayoría de las veces, en conversaciones que tienen lugar en el altiplano cundiboyacense, donde se come ajiaco, fritanga, puchero y changua. 


Si bien mediante un esfuerzo consciente creo -OJO dije CREO- que he tratado de corregir  o evitar esta antipaticona costumbre en mis conversaciones personales, en Facebook varias veces me resbalo y recaigo. 


Últimamente, y echémosle la culpa a los años, tolero menos oír frases en inglés en plena charla autóctona de incuestionable matices criollos. Es como una emboscada, como la visita que aparece en la puerta de la casa sin llamar antes, el sapo en la fiesta, el que se le coló a uno en la fila...


Lo más 'divertido' es la actitud que asumen muchos de los que viven sumergidos en esta mañita... yo he visto a más de uno subir la ceja, torcer la boca y a veces hasta menear un tris la cabeza mientras disparan inglés. Hacen una mueca, una mofa de 'tengo una papa en la bocota' y 'mira como pronuncio inglés de bonito'. 


No soy perfecta y he trabajado en inglés una buena parte de este quinquenio. He incurrido en meterle inglés a la charla, así que soy culpable. La mofa no me la he visto, pero soy humana y probablemente alguna vez la he hecho. Igual que cuando después de mirar como un pendejo un acuario por mucho tiempo uno termina creyéndose Nemo, repitiendo muecas de tanto verlas..


No pierdan la esperanza, hay solución.La clave es reconocer el problema y recuperarse. La rehabilitación, tan de moda hoy en día. Por eso empiezo mi campaña de NO al Spanglish. A hablar en español gente, a hacer el esfuerzo de traducir y evitar sonar antipaticón o 'quiereser gringo'. 


Me verán hacer el magno esfuerzo. Creo que ni Hércules la sudó tanto como la sudaré yo, pero vale la pena. En inglés se habla o se escribe cuando toque o sea apropiado, léase bien, apropiado. En español va todo lo demás. Así que No Spanglish, please.



Me va mejor en buseta

Llevo alrededor de casi 3 semanas desencantada de manejar o ser pasajera de taxi en Bogotá. A continuación el listado de razones:


1. Me niego a parquear en una bahía desprotegida a merced de un 'vigilante' con cara de Freddy Krueger frente a mi oficina. 
2. Envejezco 10 años en cada paseo en taxi. Si nací con instinto de supervivencia y para colmo de males, manejo. Entonces entre un taxi mi nivel de estrés aumenta cuando veo las barbaridades que hacen..
.El último "fin de mes" me obligó a apretarme el cinturón, por lo que preferí redescubrir las mieles de ser peatón y no vaciar mucho mi billetera pagando un parqueadero.


¿Solución? BUSETA. No bus, no. Son demasiado grandes, se llenan en menor tiempo y por eso van a 10km/h intentando seducir posibles pasajeros. Lo mío es la buseta. A continuación enumero los beneficios de esta actividad:


1. Ejercicio. Un par de cuadras hasta el paradero y un par de cuadras hasta la oficina no suena a mucho deporte, pero claramente son mucha más actividad que pasar de mi cama a la silla del carro, o de la silla del taxi a la de la oficina.


2. Economía. Por  $2.600 pesos voy al trabajo y regreso a mi casa, prácticamente en el mismo tiempo. Por mi ruta obligada al trabajo no le rinde más a un taxi que a una buseta...no hay cómo.


3. Relajación. Como no me voy en la silla de la hijita del conductor, no me entero cómo maneja, no veo si se cerró, no me doy cuenta de las bestialidades...nada, feliz en mi ignorancia. Entre los múltiples personajes que van dentro de la buseta hay suficiente distracción como para andar pendiente de las habilidades de conducción del sr. busetero.


4. Destreza. Nada para despertar y afinar los reflejos como montar en buseta. La coordinación ojo-pie y ojo-mano mejora de manera sustancial en un par de recorridos. Entre lograr subir los escalones, sacar el billete y las monedas, caminar el micro pasillo, rastrear y encontrar una silla disponible, cuidar la cartera, uno se siente como un gato montés. Entre uno y el felino más ágil del África no hay mayor diferencia.


5. Observación. Desde hace 3 semanas les puedo decir donde hay un Servientrega, un cajero Colpatria, floristerías, sastrerías..cosas que normalmente en el afán de manejar, o el sufrimiento dentro de un taxi se pierden de vista.


He de añadir que no soy pasajera de buseta  en las horas infierno o pico (7:10am-7:50am/5:30pm-7:30pm) lo que hace mis recorridos aún más felices y placenteros. Siempre encuentro silla, no voy de pie, no hay demasiado trancón, a menor apretuje, menores probabilidades de un raponero hábil..


También he de agradecerle a mi fiel iPod por proveer el entretenimiento necesario para mis desplazamientos, sin él, mi vida sería insípida. 


Y para l@s vanidos@s, añado que es un excelente tratamiento rejuvenecedor. Me siento universitaria de nuevo, quítenme por lo menos unos 5 o 6 años de encima. Estoy usando zapatos bajitos y tenis otra vez, me siento de 20.